sábado, 11 de enero de 2014

Anarquismo y geografía

 "Los anarquistas son, simplemente, demócratas jeffersonianos hasta las últimas consecuencias y sin miedo de éstas. Ellos creen que 'el mejor gobierno es el que menos gobierna', y el que gobierna menos es el que no gobierna en absoluto"

Benjamin Tucker, en referencia a Henry David Thoreau

Referirnos al anarquismo como una doctrina política es un tanto complicado por ser éste en realidad un subproducto de diversas formas de pensamiento político -tan diverso como anarquistas hay- coincidente a veces entre sí tan sólo en que son profundamente antiautoritarios, antiestado y anticoacción. Defienden la implantación de una sociedad armónica basada en el orden natural espontáneo, sin clases o leyes que sometan a las personas.


Anarquismo y geografía

La conexión entre el anarquismo y la geografía viene del siglo XIX, cuando una serie de geógrafos, inspirados por la forma de pensar de Proudhon y Bakunin propusieron enfocarla lejos de los paradigmas del momento que consideraban al servicio del imperialismo capitalista (recordemos que era la época de los grandes Imperios europeos como el británico, el ruso o el francés). 

Centraron gran parte de sus estudios en las desigualdades sociales que se estaban produciendo en las grandes ciudades como consecuencia del desarrollo industrial. Millones de personas ya en el siglo XIX comenzaban a hacinarse en los nuevos barrios para los obreros de las fábricas. Se podría decir que había cierto grado de determinismo en sus interpretaciones cuando creían que las desigualdades sociales y contradicciones eran parte inherente al desarrollo del capitalismo industrial. También se oponían a la idea del darwinismo social donde se afirmaba que las desigualdades eran aceptables bajo un sistema de libre competencia donde cada uno es responsable de la clase social en la que vive dependiendo del esfuerzo del trabajo. Esta interpretación -según los anarquistas- sólo ayudaba a unos privilegiados a mantener su posición en un sistema injusto con el reparto de la riqueza. 

Trabajadoras con sus hijos en la fábrica, hacia 1890

Para los anarquistas, la geografía debía ser una herramienta pedagógica de denuncia de la injusticia social. Ésta te permitiría ser consciente de las desigualdades a gran escala, y ayudaría a comprender a la gente porqué debían oponerse al sistema en que vivían. 

Pese a la energía que invirtieron algunos de sus convencidos más acérrimos el anarquismo nunca fue un movimiento político masivo en Europa, de ahí su escaso alcance en comparación con el socialismo o el comunismo (otras corrientes anti-capitalistas de la época). La clase trabajadora se adhería a veces  a los diferentes movimientos políticos que sencillamente prestaban atención a su situación y componían la punta de flecha de las protestas que recorrían periódicamente el continente europeo y América independientemente de que fuesen anarquistas, socialistas o comunistas. En el caso español, al menos como éxito parcial, merece la pena mencionar los conocidos intentos de implantación del anarquismo en Aragón y Andalucía en el siglo XX, aunque ya existía una tradición en el siglo XIX.

Ante la perspectiva de una revolución social, la mayoría de los gobiernos europeos del momento fueron muy torpes afrontando las crisis derivadas de las protestas públicas que demandaban cosas como mejores condiciones de vida (fundamentalmente laborales), libertad política o bien la no intervención en conflictos bélicos (como lo fue la intervención en Marruecos por parte de España o la IGM). El uso desproporcionado de la fuerza normalmente consecuencia de la enorme influencia que tenían los militares sobre los asuntos públicos en muchos estados (pretorianismo) generaban sucesos como los vividos en Barcelona en 1909 o la misma Revolución rusa contra los Zares en 1917. 

File:Semana Trágica (1909).jpg
"La ciutat cremada" o cómo se denominó a Barcelona esos días de 1909.

Tiempo después, sobre todo tras la Segunda Guerra Mundial, la mayoría de los gobiernos occidentales apoyaron la creación del llamado Estado de Bienestar, cuyo objetivo era, entre otros, evitar esta amenaza constante de estallido social subversivo (contra el sistema establecido, claro). 

Pero volviendo al tema de la geografía. ¿Qué geógrafos anarquistas merece la pena mencionar?

Piotr Kropotkin (1842-1921) publicó varias obras entre las que destacaríamos El apoyo mutuo (1902), donde afirmaba que era la cooperación entre individuos la clave para protegernos del darwinismo social. Sirva como curiosidad que como ya dije en la entrada anterior, fue 1901 Ratzel publicaba su obra "El espacio vital". Por lo tanto en el mismo contexto europeo de principios del XX teníamos propuestas radicalmente diferentes. 


Uno de los mapas elaborados por Kropotkin sobre las glaciaciones en Siberia.

Elisée Reclus (1830-1905) fue marginado en numerosos círculos académicos. Entre sus obras tenemos El Hombre y la Tierra (1905-1908), donde introduce el concepto del arbitraje soberano del individuo.

File:The Ethnological map by Elisee Reclus.jpg
Mapa etimológico de Rumanía por Elisée Reclus. Señalar como curiosidad que la zona central de Transilvania aparece principalmente como germano y magiar parlante (amarillo y azul) y no rumano (color salmón). Cuando visité esa zona en 2011 no pude escuchar en ningún momento alemán, pero si constaté una arquitectura diferente en la ciudad de Brashov con respecto a la capital del país, Bucarest. 



Enlaces:

Kropotkine (Francés) 


Historia de la vida de Kropotkin (Inglés)

Origen y evolución de la moral por Kropotkin

Artículo sobre uno de los trabajos de Kropotkim en Siberia (Ruso)

La geografía como metáfora de la libertad de Élisée Reclus.

Teoría de la propiedad de Proudhon (Francés)
La llegada del Anarquismo a España




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