martes, 21 de enero de 2014

Aburrimiento por Power Point

En una sala de profesores cualquiera...

+He descubierto una plataforma para hacer presentaciones guperguay.

-¿Ha si? Yo siempre las hago con Power Point... y de momento me va bien.

+Esta es mucho mejor, con "fotitos" que se acercan y se alejan. Mola un montón. Estoy haciendo unas presentaciones superchulas. Lo vi en un foro de Internet 

-Pásate el enlace y así le echo un vistazo a ver de que va. 


Dilbert por Scott Adams


Ah, las presentaciones... Powerpoint, Libre Office, Prezi... hay un montón de programas donde crearlas. Los adolescentes saben bien lo que es sufrir a algún profesor adicto a este recurso y la mayoría de las veces lo hacen en silencio... silencio real porque se quedan fritos en las clases. Es normal que la mayoría no se quede encantada con las presentaciones molonas que se curra algún profesor flipado de turno. Éstos -los estudiantes- viven en la era de los entornos virtuales de alta definición así que ¿de verdad crees que por intercalar imágenes con los apuntes en una pantalla van a atender más? Qué ingenuo... Por mi experiencia una exposición que exceda los 20 minutos con el aula medio a oscuras es casi garantía de aburrimiento total. No nos engañemos. Cualquiera puede elaborar una "buena" presentación por lo que en realidad no tiene mucho mérito hacer algo medianamente aceptable. Así que si quieres que tus clases sean más provechosas haz lo siguiente: 

1-Apaga el cañón y enciende las luces.
2-Cierra la boca (porque aburres).
3-Pon a trabajar a tus estudiantes. 

Sé que soy un poco duro con estos comentarios (yo mismo he abusado de clases expositivas), pero a veces es la única manera de hacer reaccionar a tantos y tantos "profesionales" de la educación. Hablar apoyándote con una presentación no es una clase sino una exposición. 


 

   Pero sé que no es fácil auto-evaluar tus clases para determinar el grado de efectividad de las mismas ni tampoco establecer una frontera clara para ser consciente de cuándo estamos abusando de un recurso en concreto. 

   Ahora que está tan de moda hablar de feedback (en vez de retroalimentación, porque en inglés queda más molón) ¿Qué tal si te paras a analizar un poco cómo lo estás haciendo?



Adult education class for women, 1926

Básicamente la pregunta clave que el profesor debe hacerse a sí mismo es ¿Qué hacen los estudiantes durante mis clases? Al tratar de responder esta pregunta deberá a su vez preguntarse si las actividades que propone a los estudiantes -si es que las hay- suponen un reto adecuado o no. Si la curva de aprendizaje es demasiado difícil o demasiado fácil. ¿Son interesantes las actividades que propongo para los estudiantes? ¿Logra implicarles y captar su atención? ¿Son ricos y rigurosos los materiales? 

   Como imaginarás, en un mundo tecnológico cargado de estímulos mantener un alto grado de concentración es cada vez más difícil. Los profesores hablan mucho. Hablan demasiado. Con frecuencia creen que lo que dicen es muy interesante y por lo tanto es culpa de los estudiantes que éstos no presten atención. Salvo excepciones estoy casi seguro que cuando más del 50% de los estudiantes no te escuchan es porque tus clases son sencillamente aburridas. Tal vez es correctas desde el punto de vista de los contenidos pero no  en la forma.


Tabla del aprendiz. Descubierta en las excavaciones del Proyecto Dejehuty de participación española. Descubrimos cómo incluso en el Antiguo Egipto tenían claro que la mejor manera de conseguir que un estudiante desarrollase capacidades concretas era practicando. A la derecha tenemos el modelo dibujado por el maestro y a la izquierda la "práctica" del estudiante. 

No te desesperes, es normal que cueste implicar a 25 o 30 estudiantes. Poca gente tiene el don natural de captar la atención de un público sólo con su presencia. Los demás tenemos que currárnoslo un poco. Si no estás dispuesto a invertir tiempo en preparar buenas clases (que no buenas presentaciones, que como dije eso lo hace "cualquiera") entonces tal vez deberías preguntarte si la educación es tu lugar.

   Aún recuerdo una de las profesoras de Historia durante mis años en la Universidad Hispalense a quién llamaré Ruperta (no diré su nombre* aunque si que trabajaba para el Departamento de Estudios Americanos) que basaba toooodas sus clases en explicaciones con un Powerpoint petado de texto (ella básicamente proyectaba los apuntes), casi inteligible por lo pequeña de la fuente que apenas daba tiempo a copiar. Actividad que por supuesto te impedía atender lo que ella decía (porque encima no decía exactamente lo mismo, sino que su explicación se iba a veces por otros derroteros). 

*Lo siento maja, te ha tocado.

+Yo: Disculpe, ¿podría pasarnos los Powerpoint por correo? es que así nos ahorraríamos tener que copiar a mano el texto y de esa manera podríamos atenderla mejor. 

-Ruperta: ¡Ah no! Que si no dejáis de venir a clase que ya me ha pasado antes con otras asignaturas.

+Yo: Ehhh mmmm. (Con cara de no saber qué decir) Pero es complicado atenderla y copiar.

-Ruperta: Eso es parte de ser universitario. Cuando yo lo era me hartaba de copiar a mano y no pasaba nada. ¿Alguien más tiene problemas con esto?

(Silencio en el aula, nadie dice ni mú)


Por cierto, la gente se quejaba mucho de la falta de pedagogía de sus clases pero como es normal en la Universidad de Sevilla (y por lo que me han contado en otras también) los estudiantes apenas se atreven no sólo de enfrentarse a los profesores en casos sangrantes de injusticia, sino que ni siquiera son capaces de hacer críticas constructivas de las clases. Sobre la falta de implicación de los estudiantes hablaré en otra ocasión. Sólo diré que para algunos de ellos, la Universidad parece (parecía) el instituto II. 

   
   Soy consciente de que el estudiante universitario tiene una serie de responsabilidades, como acudir por su cuenta a las fuentes y bibliografía propuesta y construir personalmente sus propios apuntes. Pero en ocasiones algunos profesores sólo dan por válido lo que ellos dictan en clase, con el añadido de que suelen ser mortalmente aburridos lo que te deprime hasta el extremo de preguntarte "¿qué leches estoy haciendo con mi vida atendiendo a este tipejo 3 horas a la semana?" 





Llegados a ese extremo los profesores suelen decir que la falta de motivación es culpa de los estudiantes. A ver es verdad que en la Universidad somos adultos, si no te gusta un profesor te quejas, reclamas y sino hay salida te cambias de asignatura o de universidad. Pero entre adolescentes no es lo mismo. La mayoría de las veces ellos no tienen la experiencia suficiente para saber qué es un buen profesor. Así que cuando éste les hace culpables a ellos de su bajo rendimiento, en el peor de los casos puede que hasta se lo crean. Lo cual es terrible porque hay un fenómeno llamado efecto Pigmalión, donde se afirma que las expectativas de una persona sobre otra puede influir en su rendimiento. 

¿Cuántos estudiantes fracasados habrán sido víctimas de los abusos verbales de profesores amargados en la educación? Nunca lo sabremos. 


En conclusión: Las clases basadas en presentaciones Powerpoint suelen ser poco eficaces porque no implican a los estudiantes, porque pueden ser aburridas, porque no suponen ninguna revolución real en la pedagogía y porque hasta un mandril con retraso puede leer una presentación con diapositivas y aún así hacer una "buena" exposición.


Y dicha esta parrafada de críticas a las presentaciones Powerpoint os dejo con un canal de youtube de la Universidad de Cantabria con vídeos sobre cómo mejorar las presentaciones:


Cómo son habitualmente las presentaciones


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