domingo, 6 de abril de 2014

¿El nazismo es fascismo?

Esta es una interesante pregunta y en función de a quién le preguntes te dirá que si o que no. Todo dependerá de lo tiquismiquis que seamos con la definición, porque semejanzas no les faltan. 

Parece que a día de hoy existe un consenso más o menos grande en decidir que el nazismo es una variante del fascismo. El fascismo es una filosofía de gobierno radical, totalitaria (excluyente) y nacionalista originada en Italia bajo el liderazgo de Benito Mussolini. El partido que fundó en 1919, el Fasci Italiani di Combattimento, sería el primer partido político fascista de la historia que tomará el control de un Estado en 1922. 

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El origen del término fascismo, acuñado por Benito Mussolini, es el faces, un símbolo romano que consiste en un conjunto de varas de madera atadas combinado con una hoja de hacha. 


Estamos ante un movimiento político que exigía a los ciudadanos lealtad absoluta al Estado y al partido (la frontera entre lo uno y lo otro no estaban claras), el cual a su vez intervenía en todos los niveles de la vida de las personas a la vez que negaba los derechos individuales más fundamentales. En el caso italiano (al igual que el nazismo) la llegada al poder significó también el desarrollo de un potente programa nacional militar y el intento de creación de un imperio de ultramar (en el caso alemán hacia la Europa del Este). Los objetivos de esta política imperialista italiana fueron sobre todo Abisinia (Etiopía), Albania y Grecia (estas dos ya en plena Segunda Guerra Mundial) aunque también hubo tropas italianas en España Durante la Guerra Civil (1936-37) y en la URSS en el marco de la Operación Barbarroja y la Gran ofensiva de verano (1941 y 1942 respectivamente). 

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Benito Mussolini y Adolf Hitler en 1937. Aunque ahora nos parezca que la alianza entre nazis y fascista era natural, en los años 30 no estaba tan claro que se fuese a producir. Los recelos de Mussolini de los intentos alemanes de anexionarse Austria provocaron un pico de tensiones entre estos dos líderes entre 1934 y 1936.

Las derrotas del Eje en 1943 arrebataron el poder a Mussolini, quien a partir de ese momento y hasta 1945 sería una marioneta de los nazis. 

El nazismo compartía claramente los siguientes puntos con el fascismo :

1- Carácter totalitario de la política: Un único partido tiene todo el poder.
2- Este partido en principio no es elegido democráticamente, aunque el caso alemán es complejo pues sin tener mayoría absoluta en el Reichtag, el Partido Nazi si tenía una importante representación parlamentaria cuando llegó al poder en 1933.
3- Son partidos anti modernos. Buscan en un pasado mítico-idealizado la base simbólica donde construir una nueva ideología que haga renacer "las glorias del pasado". En el caso italiano, ese modelo no fue otra sino Roma.
4- Son partidos anticomunistas. En el contexto en el que emergieron (años 20 y 30), el comunismo era visto como la gran amenaza que podría devorar Europa. Este miedo era compartido con los partidos de la derecha liberal de Francia, Gran Bretaña y los Estados Unidos. 
5- Son partidos que llegan al poder con potentes programas sociales destinados a comprar la lealtad de las clases medias y bajas. No podríamos comprender el fenómeno sin tener siempre presente este dato fundamental. 
6- Los casos italiano y alemán comparte otras semejanzas, como que ambos fueron naciones unificadas en el siglo XIX y ambas acabaron maltrechas de la I Guerra mundial. Lo paradójico es que Italia estaba entre las vencedoras.

La propaganda producida por el fascismo contenía un mensaje destinado a las clase obreras. Sorprende a veces las semejanzas estéticas con la propaganda soviética, donde se representaba a fornidos trabajadores fascistas idealizados frente a enemigos enclenques o monstruosos. 

De momento son fenómenos políticos casi calcados. ¿Dónde está la diferencia?

La primera gran diferencia en la que se apoyan los que afirman que no son fenómenos políticos idénticos sino semejantes radica en el "racismo de estado" aplicado por los Nazis desde 1933. Política extremista no observada en igual grado en Italia salvo los años de ocupación alemana (1944-45). Efectivamente, pese a la exaltación de la nación italiana frente a lo extranjero y al acercamiento de Mussolini a las posturas antisemitas nazis, no se observa un grado de persecución tan agresivo de los judíos (aunque que existió) en la Italia fascista en comparación con la Alemania nazi. Destacaríamos las leyes raciales fascistas, promulgadas en 1938, donde se aplicaban medidas como la prohibición de matrimonios mixtos. Es decir, dieciséis años después de que éstos llegaran al poder. ¿Es relevante tener este dato en cuenta? hombre igual no es suficiente como para etiquetar el fenómeno nazi como algo aparte del fascismo, pero no olvidemos que si de algo se han hecho famosos los nazis ha sido precisamente por exterminar a millones de judíos y otras minorías. 

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Portada del Correo de la Tarde del 11 de noviembre de 1938.

Otra diferencia sería la relación del fascismo italiano con las iglesias cristianas en general y con la Iglesia Católica en particular. No es un secreto que había miembros de la curia italiana simpatizantes con el movimiento político iniciado por Mussolini. ¡Ojo! El partido Fascista no nació como un fenómeno tradicionalista (como sí lo eran por ejemplo los carlistas españoles), pero tras una serie de roces iniciales, el partido fascista ofrecerá un marco de estabilidad a la Iglesia, sobre todo porque creará un telón de defensa en torno a Italia en contra del comunismo y del liberalismo, considerados en los años 20 y 30 como principales enemigos de la tradición cristiana católica. 

Papa Pío XII y Benito Mussolini

Pues bien el Partido Nazi no tenía esta relación con las iglesias cristianas. El Nuevo Orden que planteaban incluía casi una nueva religión de Estado donde las Iglesias eran vista como otro obstáculo hacia el renacer de una Alemania destinada a dominar el mundo y a crear un Imperio que duraría mil años. No significa que el Estado nazi persiguiese a los cristianos por sistema, pero se mantuvo a raya la disidencia a la vez que hubo cristianos en los campos de exterminio por oponerse a las políticas totalitarias y racistas. El votante católico alemán votaba religiosamente (y nunca mejor dicho) al partido Zentrum, claramente conservador y anticomunista pero no nacionalsocialista.

Todas las restantes diferencias destacables se asocian a elementos propios de la idiosincrasia de cada pueblo. Incluso ante fenómenos semejantes, la aplicación se hace diferente al tener los pueblos ya de por si diferencias entre ellos. Al igual que hay diferentes fascismos, hay diferentes comunismos, diferentes estados liberales, etc. Al final el marco cultural donde se implanta la ideología añadirá un toque particular a cada caso.

Soy consciente de que sobre este tema se podría discutir largo y tendido. Han corrido ríos de tinta de publicaciones serias y no tan serias sobre el fenómeno nazi y fascista (más del primero que del segundo). Además podríamos hablar del Franquismo español y otras dictaduras ultraderechistas como la de Pinochet en Chile. 

¿Es el nazismo fascismo o es un fenómeno diferenciado que simplemente se gestó en un contexto histórico (que no cultural) semejante? 

No hay una respuesta unánime. Yo día que las diferencias son suficientes como para considerarlos fenómenos diferenciados, ya que ni en el tiempo, ni los objetivos ni el contexto fue el mismo. Ello no quita que no existan como ya he citado semejanzas notables.

¿Cual sería pues la categoría en la que podríamos encuadrar ambos fenómenos? Ultraderecha totalitaria, nacionalismos dictatoriales, dictaduras de derecha, etc. 

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